Nº Registro Sanitario: C-15-002925

¿Qué es el Burnout?

Publicado: 28 de julio de 2025, 13:19
  1. Acoso laboral
¿Qué es el Burnout?

El Burnout o síndrome del “trabajador quemado” o desgaste profesional, fue descrito por primera vez a mediados de los años 70 por el psiquiatra Herbert Freudenberger tras sus observaciones en una clínica de toxicómanos donde prestaba servicios. Freudenberger observó que la mayoría de los trabajadores de dicha clínica tenían una pérdida progresiva de energía, desmotivación por el trabajo y algunos síntomas característicos de ansiedad y depresión.

Posteriormente, la psicóloga Cristina Maslach empleó el termino burnout para referirse a una sobrecarga emocional, y lo definió como “síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal que puede ocurrir entre individuos cuyo trabajo implica atención o ayuda a personas”.

Actualmente entendemos el síndrome de burnout como una respuesta de estrés laboral crónico (la persona se percibe impotente y desbordada para hacer frente a los problemas que se presentan en su trabajo). Dicha respuesta está compuesta por pensamientos, emociones y actitudes negativas hacia el trabajo; hacia las personas con las que se relaciona el trabajador/a en su puesto; hacia los clientes o incluso hacia su propio rol.

Una de las principales características de este fenómeno es que suele producirse en profesiones que uno ha elegido libremente, es decir, suelen ser más vocacionales que obligatorias. Por lo general, los sectores más vulnerables son los relacionados con el mundo sanitario, la educación o la administración pública. Por ejemplo, el caso de Marta, una mujer  que había “idealizado” su trabajo  y no se parece en nada a lo que había imaginado que era; sus horarios no le permiten solventar todo lo que quisiera y  se siente además frustrada porque observa que su labor no es productiva. Por otra parte, los bajos sueldos, los escasos incentivos profesionales o la pérdida de prestigio social son también factores que pueden contribuir a la aparición del desgaste profesional.

Los síntomas de este síndrome pueden ser muy diversos: sentimientos de fracaso, impotencia, desamparo, frustración; problemas de concentración; ansiedad, irritabilidad, cambios de humor frecuentes;  cansancio y fatigas crónicos; problemas de sueño, cefaleas; dolores musculoesqueléticos; alteraciones gastrointestinales; taquicardias; disminución del rendimiento laboral y de la calidad del trabajo; frecuentes bajas laborales y ausencias injustificadas; dificultades de relación con compañeros de trabajo o receptores de los servicios profesionales…

Después de todo lo comentado, es necesario disponer de una serie de acciones preventivas. Algunas de las medidas preventivas a tener en cuenta son las siguientes:

– En primer lugar, es importante identificar aquellas organizaciones o empresas que pueden ser más vulnerables al síndrome; valorar el entorno y las infraestructuras, analizar el diseño de los puestos de trabajo y medidas ergonómicas. Mejorar la seguridad laboral y la motivación intrínseca de los empleados.

– Disponer de una adecuada descripción de puestos de trabajo, evitando ambigüedades y conflictos de rol. Todo profesional debe tener claros tanto sus objetivos como sus tareas.

– Regular las demandas en lo referente a la carga de trabajo. Hacer seguimientos con los propios trabajadores, comentar las dificultades encontradas y adecuar las cargas.

– Liderar de forma adecuada, para lo que es fundamental formar a los gestores de personas. Es necesario tener en cuenta las opiniones de los trabajadores, haciéndoles partícipes de la toma de decisiones.

– Generar un buen clima de trabajo y detectar “ambientes tóxicos”; mantener informados a los trabajadores y lograr unos adecuados canales de comunicación (tanto vertical como horizontal). Todo ello también nos va a ayudar a identificar, discriminar y solventar problemas.

–  Intentar establecer horarios flexibles

– Lograr oportunidades de formación continua y desarrollo (además de la formación propia del puesto, es necesario formar en habilidades comunicativas; negociación; gestión de estrés y ansiedad …)

“El éxito no consiste en cuánto dinero tienes,  ni en cuánto poder acumulas, sino en cuántos ojos haces brillar a tu alrededor”. Benjamin Zander

No dejes que nadie pierda la ilusión.

Psicologos Coruña. Psicólogos en Coruña

Noticias relacionadas

El poder de la resilencia 28 jul

El poder de la resilencia

28/07/2025 Estrés
“La resiliencia no es un don exclusivo ni excepcional; es una cualidad natural que se construye con la magia ordinaria que todos practicamos en el día a día”.  Ann S. Masten Recordemos que la felicidad va mucho más allá de las circunstancias externas. Es verdad que a menudo no podemos controlar
¿Me obsesiono demasiado? 28 jul

¿Me obsesiono demasiado?

La existencia de manías es algo normal; a todos nos pueden asaltar dudas sobre si hemos cerrado la llave del gas o si hemos dejado apagada la calefacción. Sin embargo, podría resultar un problema comprobar 20 veces si hemos cerrado bien el gas o si hemos apagado la calefacción y que la duda siga
¿Por qué tengo ansiedad? 28 jul

¿Por qué tengo ansiedad?

28/07/2025 Ansiedad
Cada vez son más las personas que comentan sentirse ansiosas. Pero… ¿Qué es la ansiedad? La ansiedad es una respuesta innata cuyo fin es la supervivencia.  Cuando nos encontramos con un peligro, la ansiedad se dispara y logra que reaccionemos de una forma eficaz para sobrevivir; por tanto, los
El autocontrol emocional 28 jul

El autocontrol emocional

28/07/2025 Autocontrol
El autocontrol emocional es la capacidad que nos permite gestionar de forma adecuada nuestras emociones y no permite que sean estas las que nos controlen a nosotros. De lo que se trata es que todas las emociones, tanto las negativas como las positivas, se experimenten y se expresen de forma

Financiado por la Unión Europea - NextGenerationEU. Sin embargo, los puntos de vista y las opiniones expresadas son únicamente los del autor o autores y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea o la Comisión Europea. Ni la Unión Europea ni la Comisión Europea pueden ser consideradas responsables de las mismas.